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452 – VISIONES DEL INFIERNO, Parte II

“Yo quiero mostraros a quien habéis de temer; temed al que después de quitar la vida, puede arrojar al Infierno. A este es, os repito, a quien habéis de temer.” – San Lucas 12 : 5


TORMENTO PERPETUO

Verónica -  Veo un agujero. Es muy profundo, y parece haber fuego por todos los lados.  Pero en el fuego veo cuerpos que flotan hacia arriba y hacia abajo, y parecen, parecen estar vivos. De hecho, puedo ver algunos hombres y algunas mujeres.

   Flotan como si carecieran de peso;  sin embargo, puedo ver el contorno de sus figuras.  Y el fuego arde y arde, pero no los consume.  Parecen flotar hacia arriba y hacia abajo, arriba y abajo, pero hay un ruido ensordecedor que hace que me duelan los oídos – los gritos, las súplicas. Pero es como si estuvieran en un enorme agujero en algún lugar más allá de lo que he visto sobre La Tierra.

   “Madre Santísima, por favor sácame de aquí. Es terrible.”

   Ahora escucho las voces que claman por misericordia, pero una Fuerte Voz retumba de vuelta: “Demasiado tarde, demasiado tarde.  ¡Tuvisteis vuestra oportunidad!”

   Nuestra Señora se toca Sus Labios y se vuelve más oscuro.  Ya no tengo que mirar hacia allí.  Nuestra Señora dijo que tocara Su Labio.

Nuestra Señora - “Tu labio, y repite.  “Lo que acabas de ver, hija Mía, es el Infierno.  Muchos han quitado el conocimiento de la existencia de esta morada.  Recordad, hijos Míos, de hecho la verdad que sí hay un Purgatorio y un infierno, el tormento perpetuo en el infierno.” – 18 de Junio, 1993 

LUCES VOLADORAS DESDE EL INFIERNO
Verónica
- ¡Oh!  ¡Oh-h-h! Veo - oh, es una fosa muy grande, creo que es un hoyo.  Y sentadas allí abajo, a la orilla del hoyo, hay unas cosas de apariencia horrible: se ven como animales, pero tienen las figuras casi de personas.  Y están sentados alrededor ahora, de lo que parece ser vidrio.  Y el vidrio refleja a través del hoyo, y es casi como un espejo porque sus - los rayos - hay rayos que son emitidos de este vidrio, y los rayos van hacia arriba, arriba de este hoyo.  Y veo los rayos.  Y son arrojados hacia afuera, sobre la tierra.  Y a medida que suben, montados sobre estos rayos, están estas cosas horribles, horrorosas; estas... yo sé que son demonios - yo sé.  Ahora Nuestra Señora dice:
Nuestra Señora
- "Observa, hija Mía, qué más sale del hoyo."
Verónica
- ¡Oh! Hay estas cosas que se ven como luces brillantes, pero son como domos en la parte superior.  Y ellos no tienen ventanas;  son sólo grandes luces.  Y Nuestra Señora ahora está de pie a la orilla de este hoyo y Ella señala, y dice:
Nuestra Señora
- "El hombre no aceptará la verdad. Estos son transportes del infierno."
Verónica
- Oh, Nuestra Señora se refiere a estas cosas que han sido vistas sobre la tierra.  Nuestra Señora dice:
Nuestra Señora
- "Hazlo saber, hija Mía, que los milagros falsos del final del tiempo, están ahora a la mano.  Satanás busca confundiros. Hazlo saber, hija Mía, que no hay vida más allá de vuestro mundo, como vosotros la conoces.  El hombre saldrá al espacio;  sería mejor que usase estos esfuerzos para encontrar su camino de vuelta a Dios.” – 30 de Mayo, 1973  

LOS PECADOS DE LA CARNE

Nuestra Señora - “Sí, hija Mía, Nosotros vemos a un mundo que se ha entregado a satanás.  Las personas del mundo y de las naciones ahora se degradan a sí mismos en libertinaje, fornicaciones, y toda (clase) de pecados de la carne.  Más almas, hija Mía, se están yendo al infierno debido a estos pecados de la carne.  Ellas están cayendo al infierno tan rápidamente como copos de nieve que caen de los cielos."

Verónica - ¡Oh!  Oh, yo veo ese gran hoyo.  Es un - oh, es un hoyo, una caverna, que baja en la tierra.  Oh.  Ahora veo - parecen como cuerpos humanos, pero resplandecen.  Están casi encendidos como carbones.  Pero reconozco sus formas; son seres humanos.  Y casi puedo ver sus rostros, excepto por el resplandor naranja en que están.  Están llenos de terror; sus rostros están llenos de terror.  Ahora hacia un lado, hay criaturas horribles, horribles.  Parecen casi como mitad humano y mitad animal.  No tienen manos;  son como - uno de ellos está agarrado del lado de la pared.  Y a medida que los cuerpos de estas almas caídas pasan flotando, ellos los alcanzan pisoteándolos, al sostenerse a las paredes y pateándolas con los pies.  Pero los pies tienen uñas largas, como garras, casi como garras de animales.  Sus pies y sus manos son, son garfios de apariencia terrible.  Sus rostros - no los puedo describir.  Son horribles.

   Ahora parezco estar subiendo, arriba, arriba y no está tan caliente como lo estaba en el hoyo.  Y no puedo escuchar los gritos tanto.  ¡Oh!  ¡Oh!  (Estoy) saliendo del hoyo.  Oh, es como estar saliendo de un horno.  ¡Oh!  ¡Oh!

   Y ahora Nuestra Señora viene hacia acá.  Ella viene del lado derecho del asta de la bandera.  Y el cielo se pone muy iluminado.  Ahora Nuestra Señora se inclina.

Nuestra Señora - "Hija Mía, no es una vista agradable, pero es una que no puede ser evitada por muchos, ya que ellos escogen vender sus almas a Lucifer.  Muchos han sido redimidos por los actos de expiación y oraciones de los fieles y de aquellos quienes tienen la capacidad de amar.  El Padre es misericordiosísimo, y no desea que se pierda una sola alma sin causa; sin embargo, no seáis mal guiados por aquellos quienes enseñan una doctrina falsa, hija Mía, que no hay infierno ni Purgatorio ni lugar de expiación.  Es solamente la obra de Lucifer para engañaros para que vuestro pecado se convierta en una manera de vida.” – 18 de Junio, 1974

 

EL ABISMO

Nuestra Señora - “La base para la Casa de Mi Hijo siempre ha sido firme.  ¡No usaréis vuestro rango en la Casa de Mi Hijo para gastar poco a poco las paredes! ¡Vais como roedores perforando en la base de la Casa de Mi Hijo! No necesito nombraros por nombres, hijos Míos.  Vosotros quienes usáis los sombreros rojos y los sombreros púrpuras - ¡vosotros sabéis a quienes les hablo!  ¿Cuándo vais a desechar la oscuridad de vuestros corazones?  Restaurad la Casa de Mi Hijo a su base apropiada;  ¡de lo contrario recibiréis la espada! ¡Muchas mitras caen al infierno!"

Verónica - ¡Oh!  ¡Oh! Nuestra Señora señala hacia allí, y veo... yo... ¡oh, veo obispos!  Sé que son obispos.  No conozco el rango, pero puedo saber por sus sombreros, ellos son obispos.  Ahora hay dos... Están de pie... Y a medida que observo, todo se vuelve negro.  Todo el color es drenado de sus mitras, y sus capas que eran doradas y moradas, ¡ahora están negras!  ¡Negras! ¡Oh! Y ahora, a medida que observo, veo que este agujero se abre más.  Y ahora ellos van hacia el mismo, y miran hacia abajo, y se tiran en el agujero.

Nuestra Señora - "El abismo, hija Mía."

Verónica - Nuestra Señora dijo el abismo.  ¡Oh!

Nuestra Señora - "Tienes razón para estar alterada, hija Mía.  No son sólo ellos los que ingresan."

Verónica - Y ahora veo hacia allá - Nuestra Señora está señalando, y es como... de uno en uno, y de dos en dos, y de tres en tres... veo una fila entera, llena de personas que siguen, y ellas entran en el lugar en donde estos obispos estaban de pie.  Y a medida que entran también se vuelven de color negro, muy oscuros - tal como si fueran destruidos en la oscuridad.  ¡Como si la misma oscuridad los envolviera y destruyera sus cuerpos!   Nuestra Señora señala hacia allá.

Nuestra Señora - "Sus cuerpos no, sus cuerpos humanos no, hija Mía - sus almas eternas.  ¡Condenadas para siempre al abismo!  Muchas mitras están llevando ahora a sus ovejas dentro del abismo."

Verónica - ¡Oh!

Nuestra Señora - "Reza, hija Mía;  reza mucho, porque ahora los más grandes ataques están sobre vuestra jerarquía.  ¡Mala dirección, engaño, mal guía!  ¡Oh, hija Mía, realmente Soy la Madre de las angustias!" – 1 de Febrero, 1975

 

CARDENALES POSEIDOS
Nuestra Señora
- "Demasiados años se han desperdiciado sobre la tierra en pláticas ociosas.  Penitencia, expiación, y los reglamentos de disciplina han sido arrojados a un lado, debilitando las almas y abriendo la puerta para la entrada de los espíritus malos."
Verónica
- ¡Oh-h-h-h! Oh-h-h-h! Veo un hoyo terrible, parecido a una celda.  Es muy oscuro, y es muy, muy profundo.  Es como ver dentro la tierra- muy profundamente.  Hay gradas que bajan, y en todo lo largo de las paredes - están muy calientes, ellas se queman como naranja.  ¡El calor es terrible! Y allá abajo yo - ¡hasta abajo hay cosas horribles, horribles!  Se ven... Son como animales, pero sin embargo, se ven casi humanos.  Hay cuatro de ellos.  Se ven como... ellos tienen orejas pequeñas.  ¡Oh, son de una apariencia horrible!  Son malos, y sé que son demonios.  Hay cuatro de ellos.
     Ahora ellos flotan hacia arriba - arriba, arriba, arriba.  Ahora ellos salen de allí hacia la luz.  Ellos ven alrededor con una mirada ufana de satisfacción en sus rostros - si es que se pueden llamar rostros, son tan horribles.  Oh-h-h... oh-h-h... ¡Tan malvados, malos!  Ahora uno señala hacia... ¡Oh-h-h!  Él señala hacia allí, y puedo ver la Catedral de San Pedro.  Y él dice: "No falta mucho para que logremos nuestra misión."  Oh-h-h... Ahora sostiene en su mano un sombrero rojo - un sombrero.  Él dice: "Estoy esperando mi entrada."
  
Él sostiene su mano hacia arriba - ¡oh, su mano es horrible!  Los dedos son largos y delgados, y se ven como garras.  Salen uñas;  son garras.  Pero Él ve hacia abajo y desea que yo mire esto.  ¡Oh, es horrible! Él tiene este gran sombrero rojo de Cardenal en su mano.  Él dice: "¡Me sentaré sobre el trono de Pedro, y destruiré-ré-ré la iglesia de Dios!"  Oh, ¡es horrible!  ¡Oh, no!
  
Nuestra Señora se adelanta, y Ella coloca Sus manos hacia afuera.  Ahora Ella ve hacia abajo, y San Miguel se ha adelantado.  Él está de pie allí con un arco, y Nuestra Señora ahora.. San Miguel - ¡San Miguel estira el arco!  ¡Él lo va a atravesar!  Pero Nuestra Señora dice: "¡No! Todavía no es tiempo.  La purificación del mundo está por venir."
  
Ahora veo esta criatura de apariencia horrible. Él flota, y Él ahora está de pie al lado de la puerta de (la basílica de) San Pedro.  Ahora se le unen dos seres humanos.  ¡Oh! Oh-h-h-... oh, realmente lo veo... Él va a... ¡él parece estar imbuyéndose entre él!  Él entra dentro de él.  ¡Oh-h-h, qué terrible!  Ahora no puedo verlo porque ahora él está parado allí, pero es humano.
  
Ahora este humano, quien ha sido imbuido, tiene dos llaves atravesadas sobre su pecho - dos llaves doradas.  Ahora a su lado está parada otra figura.  Él usa un sombrero rojo, y tiene lazos en sus manos, y ahora corre el lazo, pero a medida que abre el lazo, es una culebra.  El lazo es una culebra, y se enrolla en las llaves.  Oh-h-h, se enrolla en las llaves.  ¡Oh!  Oh-h-h...
  
Ahora las llaves se derriten, y las llaves forman una - como éstas - como las que usan los obispos.  Ellos tienen una especie de - ese como bastón con la parte superior.  No son cetros - el gancho, que parece como un gran bastón largo con un terminado.  Y alrededor del bastón está enrollada la culebra.  Oh, es una culebra dorada.  Nuestra Señora dice:

Nuestra Señora
- "Poderes, provinciales, dinero: destrucción del alma humana por las ganancias terrenales." – 14 de Abril, 1973

 

JESÚS Y VERÓNICA VISITAN EL INFIERNO
Jesús -
"No quiero que pienses que Nosotros somos un Dios que castiga.  Nosotros amamos a Nuestros hijos, pero a veces, con - el Padre Eterno conoce los corazones, y ellos se han endurecido.  El hombre se ha entregado a sí mismo a la búsqueda de la carne, y como tal, él condena su alma al infierno o al Purgatorio.
  
"¡Rezad, hijos Míos!  Rezad por las almas en el Purgatorio.  Muchas estarán allí hasta el fin del mundo."

Verónica
- Sí, ya vi el infierno, Jesús. Sí, Nuestra Señora me llevó abajo.  Yo realmente - sí.  ¿Deseas que baje de nuevo allí?  Si tú deseas que lo haga, lo haré.
Jesús
- "Bien, no te asustes, hija Mía;  simplemente mira.  Yo estoy sosteniéndote la mano."
Verónica
- ¡Oh!  Veo que estamos, estamos flotando dentro de una especie de agujero, es como un gran agujero dentro de la tierra.  Y escucho, escucho a personas que gritan - ¡ellas gritan hasta más no poder!  Pero ahora veo hacia abajo;  Jesús dijo que viera hacia abajo.  Yo quiero ver hacia arriba, el calor fue tan tremendo, no quiero ver hacia abajo.  Pero lo haré.  Está bien.
  
¡Oh!  Oh, veo - sé que son demonios, que cuelgan de las paredes de un lugar como cueva en donde - eso, dice Jesús, es parte de un infierno.  Y todas estas almas- deben haber miles de ellas- ¡están gritando!  Ellas gritan, lloran, ¡y son como brasas ardiendo!  Sus cuerpos están flotando en todo el derredor; carecen de peso.  ¡Parecen cuerpos, y sin embargo, parecen como carbones ardiendo!  ¡Oh, Madre Santísima y Jesús, por favor sáquenme de aquí!  ¡Oh!  ¡Oh, es terrible!  Sí.

Jesús - "Hija Mía e hijos Míos, si pudiese mostrar esto a todos, estaríais de rodillas todos los días.” – 18 de Junio, 1990

 

PARA SIEMPRE DESTERRADOS

"Vuestro mundo está cubierto con gran oscuridad.  ¡Y el pago por el pecado es la muerte!  Oh hijos Míos, muchos morirán en el cuerpo sobre la tierra, pero no lloréis por la pérdida del cuerpo, sino derramad lágrimas amargas por la pérdida del alma, porque muchos están cayendo rápidamente al infierno, para siempre desterrados del Reino del Cielo a la nada y la desesperación.  Las llamas del infierno, hijos Míos, son tan ardientes en cuanto a la emoción, y mucho más de lo que una mente humana pudiese comprender en explicación.  ¡Si os enseñara, hija Mía e hijos Míos, las fuerzas completas sueltas sobre vuestra tierra, vuestro cuerpo no podría soportar el tormento! – Jesús, 1 de Febrero, 1977

 

NO TODOS ENTRARÁN AL CIELO
"Mi Hijo murió en la Cruz por la humanidad - Él murió por todos los hombres, pero no todos entrarán, a menos que se conviertan de sus pecados.  La palabra 'muchos' es siempre más apropiada, ya que todos no han entrado y no todos entrarán en el Reino de la vida eterna.  Muchos han caído  en el infierno, para siempre condenados.” – Nuestra Señora, 27 de Mayo, 1978

 

CUANDO ÉL PERDONA, ÉL OLVIDA
“Salvaos y a quienes amáis en el Sagrado Corazón de Mi Hijo - siempre misericordioso, siempre allí para perdonar.  Porque cuando Él perdona, Él olvida.  Ningún pecador será rechazado si viene arrepentido de corazón." – Nuestra Señora, 22 de Abril, 1973

 

NO HAY  PECADOR QUE NO PUEDA SER RECOBRADO
“Cada alma, hija Mía, que ha entrado, que ha caído al infierno, tuvo su opción.  En cada vida hay ese momento de reconocimiento de alma. A todos se os ha dado una conciencia nacida de Dios. El Creador, vuestro Padre, no os trajo al mundo en ignorancia.  Aquellos quienes caen al abismo lo han hecho de su libre voluntad.
  
“Ningún hombre que viene al Padre en la creencia será rechazado.  Ningún pecador es demasiado pecador para poder ser recobrado.  El Padre, el Padre Eterno, reúne a las ovejas, no deseando que tan siquiera una se le pierda.” – Jesús, 24 de noviembre, 1973

 

EL ESCAPULARIO DE VIDA

"Hijos Míos, debéis todos uniros en oración, cuenta por cuenta, debéis emplear los sacramentales dados a vosotros por el Cielo, las cuentas de oración, vuestro Rosario, el Escapulario de vida; porque os prometo: todos los que lleváis el Escapulario Marrón nunca sufriréis las llamas del infierno.  Aún el más grande de los pecadores será convertido y salvado si él lleva el Escapulario Marrón cuando pasa por el velo, cuando él deje, hija Mía e hijos Míos, su cuerpo en el momento que vosotros llamáis la muerte terrenal.  Pero os digo como Madre vuestra, y por Mi Hijo y todo el Cielo, ¡qué no hay muerte!  Porque continuáis viviendo con completa conciencia cuando dejáis vuestro cuerpo.  Entonces, hija Mía e hijos Míos, ¿cuál será vuestra reacción si no habéis empleado todos los medios posibles para acumular gracias para una rápida entrada al Reino de vuestro Dios?” – Nuestra Señora, 14 de Agosto, 1979

 

 

 

 

 

 

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Revised:
October 23, 2013