Nuestra Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres     

30 Mayo 1974 - Víspera de la Fiesta del Reinado de María

 

ALMAS DEL PURGATORIO SEDIENTAS POR VUESTRAS ORACIONES

"...un pequeño pensamiento, una palabra de recuerdo, es como una gota de agua sobre labios resecos."

 

Verónica - Nuestra Señora desciende de los árboles.  Ella ha estado de pie arriba de los árboles.

Nuestra Señora - "Hija Mía, espero que termine la Vigilia de oraciones."  (El Rosario continúa)  Hija Mía, estas oraciones serán aplicadas contra los agentes de las tinieblas.  (Pausa)

Hija Mía, paz, paz, el mundo clama por la paz.  No habrá paz sobre tu mundo hasta que ellos reconozcan que Mi Hijo es su Salvador.

“Traición y engaño yace en los corazones de los hombres.  Vuestro país y el mundo yace en un fangal de mal.  Vendrá sobre vuestro mundo una gran guerra.  No seáis engañados por vuestros medios de comunicación, porque no recibís la verdad.

“El hombre en vuestro mundo, para entrar al Reino del Padre, tiene que ser renacido en el Espíritu.  Tenéis que dar vuelta y tenéis que rechazar el mundo a vuestro derredor que ahora ha sido entregado a satanás.  No podéis tener a ambos.  Nosotros vemos sobre un mundo que se está sumergiendo rápidamente en una profunda oscuridad de espíritu.

“El Padre Me ha permitido, en Su misericordia, venir a vosotros como un Mediadora de gracias: gracias por pedir, gracias en abundancia.

“Estoy ahora sobre aguas turbulentas con Mi Hijo.  La barca de Pedro atraviesa grandes penas en aguas oscuras, pero Mi Hijo está atento a esta batalla.  Yo tengo, hijos Míos, Mi mano sobre el timón.

“Una Iglesia en oscuridad lleva una banda de muerte a su derredor.  La base no se derrumbará, aunque las paredes han desarrollado muchas grietas.

“Un gran engaño ha sido permitido venir sobre la humanidad.  El (hombre) creerá en el error.  De esta manera, aquellos quienes se han entregado a sí mismos a satanás serán reunidos y puestos como las cabras a un lado del Padre.  Entonces El llamará a las ovejas.  Una será llamada, una permanecerá.  La cizaña será separada de los buenos granos.

“Hija Mía, grítalo desde los tejados.  Hay poco tiempo para hablar en murmullos.  Grítalo desde los tejados.  Los placeres de la carne condenan a muchos al infierno.  La guerra es un castigo por los pecados del hombre."

EGIPTO

Verónica - Veo ahora un mapa y veo los países que parecen ser desierto.  No los reconozco.  Y veo pirámides; eso sé que es Egipto. Egipto, sí, Y veo personas vestidas en prendas largas con sus cabezas cubiertas con bandas.  Son como de los países del desierto.  Y ahora ellos corren hacia delante.  Ellos están reuniendo fusiles de grandes embalajes, y algunos cargan palos.  Miles y miles de personas corren hacia delante.  Veo caballos ahora galopando atrás.

CHINA

            Y ahora se oscurece, y hay otro lado del mapa que se ve.  Yo reconozco - es un país oriental.  Las personas se ven como chinas.  Ellos, también, están reuniéndose por los miles.  Y veo, aunque las personas se ven muy pobres y la mayoría de ellos caminan sin zapatos, veo ahora a la izquierda de ellos - miles y miles de personas vestidas con uniformes.  Es un uniforme verde-marrón.  Puedo ver los colores.  Y tienen una estrella roja en ellos.  Veo una estrella roja en las bandas de sus brazos.  Y ellos tienen gorros, sombreros que son como sombreros de cacería pero con un pico, pero hay una estrella roja en el sombrero.

            Ahora puedo escuchar el ruido de como, disparos.  Es como de cañones grandes, oh - oh, el ruido suena tan horrible, porque puedo escuchar las voces de las personas gritando.  ¡Oh

Ahora se vuelve oscuro, pero hay una luz que viene del cielo.  ¡Oh! yo - es San Miguel.  Oh, veo a San Miguel.  Ahora San Miguel está vestido con su falda de tipo corto, pero él sostiene la balanza dorada en su mano, en su mano derecha; y en su mano izquierda tiene una lanza larga.  Su cabello es muy brillante.  Es tan brillante que no puedo ver el rostro de San Miguel.  Es muy brillante.  Ahora San Miguel sostiene hacia arriba su lanza.

San Miguel - "Escucha bien y repite mis palabras.  Ay, ay del hombre de la tierra.  El llama sobre sí un justo castigo por las abominaciones que él comete en su corazón y por las abominaciones en los Templos sagrados de Dios.  Guerras, hambruna, inundaciones, cataclismos, y la Bola de la Redención.  Sabed que en este orden el hombre será purificado."

SAN PEDRO

Verónica - Ahora veo a otra figura que desciende del cielo.  El está más cerca al asta de la bandera.  Y está vestido en una bella - una bella túnica.  Es como una túnica de raso púrpura con un adorno dorado.  El se ve muy bello.  Ahora tiene una barba, y lleva una llave - no, dos llaves, en su mano, en su mano derecha.  Están cruzadas.  El las sostiene en el centro.  Y en su mano izquierda él tiene una Biblia, la reconozco.  Ahora pone las llaves sobre la Biblia, y se adelanta.

San Pedro - "Hija Mía, mira sobre el Libro de la Vida, tan tristemente puesto a prueba por la humanidad.  El hombre en su arrogancia ha escogido re-escribir las palabras de aquellos quienes vinieron antes que él para establecer la base para la Iglesia del Hijo de Dios."

Verónica - Ahora veo sobre su cabeza - yo lo reconozco ahora.  El tiene puesta una bella tiara.  Es una tiara muy alta, hecha bellamente de oro.  Y tiene capas, y están incrustadas con piedras: verdes, y hay una lila pálida, y una blanca, una blanca pura - bellas piedras.  Yo se que es - es la tiara papal sobre su cabeza. Oh, es San Pedro.  Y él asiente con su cabeza "sí", así.

San Pedro - "Hija Mía, cuán a menudo hemos sido enviados desde el Cielo para preveniros de los días por venir, para prepararos a que defendáis vuestra Fe.  Iréis adelante como luces en la oscuridad, fieles y verdaderos.  Defended vuestro Vicario de aquellos quienes buscan destronarlo y colocar sobre la Sede de Pedro uno quien es de secretos oscuros, un enemigo agente del abismo."

Verónica - Ahora San Pedro retrocede flotando; él retrocede.  El no gira, sino que simplemente retrocede, detrás del asta de la bandera.  Y San Miguel viene hacia delante, y Nuestra Señora ahora ha venido.  Ella viene del lado izquierdo por los árboles, y está de pie a la par de San Miguel.  Ahora Nuestra Señora pasa Su mano por Sus ojos.

Nuestra Señora - Sí, hija Mía, Nosotros no estamos libres de tristeza aquí en el Reino.  Muchos de los que han dejado tu tierra han elegido de su propio libre albedrío unirse a nosotros en esta batalla final.  Tú me preguntas, hija Mía, ¿por cuánto tiempo?  Eso depende de la decisión del hombre.  Vuestras oraciones, vuestros actos de sacrificio y expiación al Padre os han ganado una postergación.  ¿Por cuánto tiempo, hija Mía?  Eso está con el Padre."

PADRE PÍO

Verónica - Ahora Nuestra Señora se adelanta. y Ella levanta ahora Su mano y señala al cielo, así.  Y el cielo se pone muy brillante.  Y veo - oh, la reconozco. Es Santa Teresita.  Y el niño pequeño y la niña con ella - oh, son, oh, son Jacinta y Francisco.  ¡Oh!  ¡Detrás de ellos está el Padre Pío!  ¡Oh!  El sonríe.  El se ve muy contento.  El sonríe. Y él asiente con su cabeza, "sí".  ¡Oh!  Oh, él ahora tiene - levanta sus manos enfrente de él.  ¡Oh!  Así como Jesús ellas tienen Llagas en ellas.  ¡Oh, pero él tiene la más bella sonrisa!  ¡El se ve tan feliz!  Oh, Nuestra Señora - oh, yo pregunté si él podía hablar.  Oh, Nuestra Señora dice:

Nuestra Señora - "No de esta manera, hija Mía, todavía."

Verónica - Oh, Ahora el Padre Pío está de pie del lado derecho de Nuestra Señora.  Y San Miguel ahora está de pie contiguo a él, y yo - él se ve, aunque su barba es gris, él tiene un rostro muy juvenil.  Se ve bello.  Y sus ojos brillan.  Y ahora noto a Santa Teresita.  Puedo ver a Santa Teresita muy claramente.  Ella está ahora de pie a la par de Nuestra Señora, un poco detrás de Ella y de San Miguel.  Y ella, también, asiente con su cabeza, "sí".  Ahora Nuestra Señora ha puesto Su mano alrededor de la niña, Jacinta.  Y ahora Ella ve hacia abajo a Jacinta, y Nuestra Señora dice muy suavemente:

Nuestra Señora - "Ves, hija Mía, muchos aquí han escogido de su libre albedrío quedarse con vosotros en los días venideros.  Los que serán removidos de vuestro mundo y entran al Reino también se les dará esta elección de recibir su descanso ahora, o esperar hasta la victoria final de Mi Hijo."

Verónica - Ahora Santa Teresita viene.  Y ella trae una cruz, y la sostiene a su lado derecho; eso sería del lado izquierdo, parece desde aquí, pero es el lado derecho de ella.  Y ahora ella levanta su mano - oh, y tiene estas flores alrededor de su cruz.  Y ahora Santa Teresita las tira.  Oh, oh, oh, ellas caen tan rápidamente.  No sé cómo ella puede estar sosteniendo tantas debajo de la cruz y todo alrededor de la cruz.  Aunque ella las está tirando, no veo que dejen su cruz.  Y ahora ella sonríe, y Nuestra Señora se adelanta.

Nuestra Señora - "Estas, hija Mía, son las gracias en abundancia, gracias que pueden ser dadas a los que padecen de sed en soledad - en la soledad del Purgatorio, (aquellos) quienes están sedientos de vuestras oraciones.  Os repito, un pequeño pensamiento, una palabra de recuerdo, es como una gota de agua sobre labios resecos.

“A los que vosotros elegís liberar del Purgatorio, (ellos)  obtendrán para vosotros vuestra entrada al Reino.  No perdáis un momento tan precioso para vuestras almas y de los que imploran vuestro recuerdo.  No perdáis, hijos Míos, este tiempo que se os ha dado en búsquedas tontas de la carne.

“Tenéis que ser renacidos; re-dedicar vuestras vidas al Padre.  No hay un camino fácil al Cielo.  Es un camino angosto, hijos Míos, de oración, sacrificio y expiación.  No podéis negociar por vuestra alma.  No hay un precio por (pagar) vuestra entrada al Reino.  No podéis comprar su entrada.  Muchos sobre vuestra tierra han vendido sus almas para llegar a la cima.  Sus almas han sido entregadas a satanás.  Habrá llanto y crujir de dientes cuando la realización de su condenación eterna les sea dada a conocer.

“Hija Mía, irás adelante con el Mensaje del Cielo.  (San) Miguel tiene que ser regresado a la Casa de mi Hijo.

“Rezad, rezad mucho por los sacerdotes en la Casa de Mi Hijo.  Muchos han perdido su camino.  Muchos han sido mal guiados.  Aquellos quienes tienen el poder lo están empleando para destruir muchas almas.  Sabed que ningún hombre tiene rango, ningún hombre puede emplear su rango, su posición en la vida terrenal cuando él viene para el juicio ante el Padre.  El velo es delgado y la cuerda es fina.  Puede ser cortado en cualquier momento.  Podéis pasar el velo en cualquier momento en el plan del Padre.

OBISPOS NO HARÁN COMPROMISOS

            "Hija Mía, harás saber a los obispos de la Casa de Mi Hijo, aquellos en autoridad, que ellos no podrán (hacer) concesiones. Ellos no reúnen almas comprometiendo su Fe.  Ellos tienen que destacar como símbolos de castidad, piedad y humildad.  ¿Qué se han hecho estas virtudes en el hombre?

“Vuestra ciudad es un pozo negro de degradación.  Vuestra ciudad no escapará el castigo planeado por el Padre.  Este castigo, este gran Castigo, será medido a medida de los números de asesinatos incontables cometidos dentro de vuestra ciudad y las ciudades del mundo - ¡pozos negros de pecado!

“Sacerdotes en la Casa de Dios, ¿habéis olvidado vuestra dedicación?  ¿No podéis ir adelante y luchar por Mi Hijo?  Vuestros errores, vuestra laxitud, y vuestro descuido han destruido la Fe en los corazones de los jóvenes.  Padres de familia, ¿adónde estáis mientras vuestros hijos van por el camino al infierno?  ¿No podéis cerrar vuestras puertas al mundo y enseñar a vuestros hijos?  ¿Os habéis entregado, también, al mundo y a satanás?

“A menos que guardéis las imágenes de Mi hijo y su Casa en vuestro hogar, no seréis salvados.  Los ojos son los espejos del alma.  Removed de vuestros hogares esos libros de impureza, esas fotografías de inmoralidad, que Nosotros ahora vemos en tantos hogares.  ¿Es moderno, hija Mía, hijos Míos, destruir vuestros hijos al traer el mundo de satanás dentro de vuestros hogares?  ¡Removedlos!"

Verónica - Ahora Nuestra Señora viene, desciende y Ella va hacia el lado derecho del asta de la bandera. Oh, Nuestra Señora es muy bella.  La luz es tan brillante; no puedo ver Su rostro porque la luz es tan brillante.

Oh, Nuestra Señora tiene sobre Su cabeza la más bella corona.  Oh, es hecha de oro puro, pero las piedras son tan brillantes.  Yo creo que son diamantes, pero también hay rubís rojos muy brillantes.  Y sé que las verdes son esmeraldas, el color es tan brillante que uno casi no puede mirarlas.  ¡Oh! oh, los colores de la corona de Nuestra Señora - Ella gira ahora a la izquierda y luego a la derecha - son tan brillantes que los colores son lanzados a través del Cielo.

El cielo ahora se pone muy iluminado, muy brillante. Y veo un completo - oh, un completo grupo de ángeles.  Son tan bellos.  Están vestidos en túnicas largas, pero de diferentes colores.  Ahora ellos se colocan en gradas, filas de filas de bellos ángeles.  Y cantan.  Y ahora yo los puedo escuchar, pero suena como - es música que nunca he oído antes.  Aleluya.  Aleluya.  (Verónica imita algunos de los sonidos).  No lo puedo repetir.  Es tan bello.  Puedo oír la palabra Aleluya. Oh, es simplemente bello.

Ahora San Miguel se adelanta.  El es tan brillante, también su cabello.  Ahora su cabello también irradia a medida que él gira hacia la derecha y ve a los ángeles.  Oh, él asiente con su cabeza.  Y ahora en sus manos yo veo estas bellas rosas, pero son hechas de oro.  Las rosas son de oro puro.  Oh, ahora ellos - ahora el grupo de adelante se acerca. Oh, y ellos forman un círculo alrededor de Nuestra Señora.  Es un círculo redondo y Nuestra Señora está en el centro.  Y ellos sostienen las rosas, y parece casi como una rueda de carreta de colores porque los ángeles ahora- ellos tienen sus túnicas - ellos son muy, oh, ángeles jóvenes, pequeños - y sus túnicas son diferentes, brillantes colores del arco iris.  Y a medida que ellos rodean a Nuestra Señora y sostienen estas rosas doradas, oh, se ve como, oh es - no puedo explicarlo en palabras.  ¡Es bello!

Ahora Nuestra Señora flota hacia adelante, y los ángeles ascienden y de nuevo se ponen en una formación de una sola línea.  Y ahora Nuestra Señora tiene en Su mano un cetro dorado como vara.  Y Ella tiene Su Rosario en Su mano izquierda.  Nuestra Señora señala hacia el cetro.  Oh, Ella señala hacia acá.

Nuestra Señora - "Hija Mía, te sentarás ahora.  Hay mucho de lo cual te debo de hablar.  No, hija Mía, Yo prefiero que te sientes.  Por ahora guardarás tu energía. (Pausa)

Verónica - Ahora del lado derecho del asta de la bandera, San Miguel se adelanta.  El trae un estandarte en su mano derecha.  El estandarte es de color amarillo con un borde dorado, y hay escritura en él.  Oh, dice "Fieles y Verdaderos."  Ahora San Miguel va hacia el lado derecho del árbol.  Del lado derecho, oh, justo arriba de los árboles, y él señala - él sostiene el estandarte ahora en su mano izquierda y señala - tiene la lanza en su mano-hacia el cielo.

Y ahora, oh, Nuestra Señora se adelanta.  Nuestra Señora está vestida en una túnica blanca.  Oh, es bella.  Ella se ve muy joven.  Nuestra Señora se ve muy joven.  Es una túnica blanca con un borde dorado, y Le cubre toda Su cabeza.  Ahora Nuestra Señora tiene puesta una túnica; es una túnica de color crema.  Y hay un cinturón trenzado dorado alrededor de Su cintura.  Y Nuestra Señora ahora tiene en Sus manos, en Su mano derecha yo puedo ver - oh, Nuestra Señora lleva el Escapulario.  Es un Escapulario muy grande.  Oh, y Nuestra Señora coloca el Escapulario - oh, puedo leerlo.  Es el Escapulario de Nuestra Señora, Nuestra Señora del Monte Carmelo.  Y ahora, oh, Nuestra Señora tiene en Su mano izquierda un bello Rosario blanco.  Los Padrenuestros son dorados y las cuentas son blancas, pero son rosadas; no, es por la manera en que Nuestra Señora gira, las cuentas se ven rosadas cuando Ella gira.  Oh, ellas reflejan la bella luz.

Ahora, ¡oh!  Del lado izquierdo del asta de la bandera está muy, muy brillante.  Es tan brillante que casi no puedo ver hacia el asta de la bandera.  ¡Oh! Y - oh, Jesús viene.  ¡Oh, El se ve bello!  La luz es tan sumamente brillante.  Casi quema mis ojos.  Ahora Jesús eleva Su mano y la luz se hace más opaca.  Oh, puedo ver más claramente.  Oh, Jesús viene hacia adelante ahora.  Yo puedo ver que El está casi descalzo.  ¡Oh!  El ve hacia abajo ahora.  Oh, Jesús sonríe.  Ahora El señala hacia arriba, y El señala la estrella arriba de Su cabeza.  Y El dice, Jesús señala a la estrella y dice:

Jesús - "Observarás un faro de esperanza."

Verónica - Ahora alrededor de la estrella comienza un resplandor arriba de la cabeza de Jesús, y hay un ancla.  ¿Un ancla?  Sí, parece ser un ancla.  Oh, un ancla, un ancla dorada, directamente debajo de la estrella.  Ahora Jesús se va hacia - El flota hacia allá.  Y Nuestra Señora ahora asciende.  Oh, Jesús viene hacia el lado derecho del asta de la bandera.  Ahora El está casi en el centro.  El eleva Su mano.

Jesús - "Yo os otorgo muchas gracias, hijos Míos, gracias para curación y conversión; gracias por la repatriación de almas quienes de otra manera estarían perdidas para el Cielo."

Verónica - Ahora Jesús eleva Su mano enfrente de El, así, y El hace la señal de la cruz:  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Ahora Jesús cambia Su manto - debe ser pesado, Jesús lo cambia, la parte del manto de Su capa, a Su mano izquierda.  Y El eleva Su mano; ahora El está de frente - allá, viendo hacia los árboles y hacia abajo, y El eleva Su mano, así, y hace la señal de la cruz:  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Nuestra Señora viene hacia acá, y Ella levanta - oh, Nuestra Señora ahora tiene Sus cuentas en Su mano derecha, y se extienden desde el lado izquierdo, pero Ella sostiene el crucifijo dorado.  Oh, es muy brillante.  El crucifijo de Nuestra Señora es muy brillante.  Ahora Ella está de pie a la par de Jesús y El sonríe.  Oh, El es tan bello.  El cabello de Jesús se ve casi con un tono rosado.  No, es de la luz; es el reflejo de Su manto.  Pero el cabello de Jesús es largo, (Le llega) a Sus hombros. Y se ve casi como de un rosado-rojizo, pero es por el reflejo, lo sé.

Y ahora Nuestra Señora viene hacia acá y extiende la cruz, el crucifijo, y ahora, oh, Nuestra Señora lo pone enfrente de Ella, así, y Ella hace la señal de la cruz:  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.  Ahora Nuestra Señora ve hacia abajo.

Nuestra Señora - "Verónica, hija Mía, puedes decirle a Mis hijos que no será necesario que ellos remuevan sus tesoros de sus paquetes.  Las gracias son sobrenaturales."

Verónica - Ahora, ahora Jesús y Nuestra Señora flotan hacia - oh, Ellos no caminan.  Ellos simplemente flotan con el viento, pareciera.  Ellos se deslizan hacia, y están de pie al lado izquierdo del asta de la bandera, y ven hacia abajo.  Ahora alrededor de la cabeza de Nuestra Señora, se pone muy brillante.  Nuestra Señora todavía tiene puesta la bella corona, pero hay un círculo de luces, ellas parecen estrellas alrededor de la cabeza de Nuestra Señora.

Y Jesús ahora alcanza algo de debajo de Su manto.  Oh, y El se lo da a Nuestra Señora - oh, es dorado, es el cetro dorado.  Y El lo extiende y Nuestra Señora toma el cetro.  Ella lo coloca en Su mano derecha.  Ahora en Su mano izquierda Ella tiene las cuentas.  Jesús viene hacia adelante.  El desciende hasta casi el centro del asta de la bandera.  Oh, oh, oh.  El está casi de pie sobre la punta ahora del-oh, de la bandera allá. Oh.

Jesús - "No, Mi -"

Verónica - Oh, Jesús dice:

Jesús - "No, hija Mía, Yo no la quebraré."

Verónica -  Oh! Ahora Jesús levanta Su mano, así, Sus dedos ahora están estirados y El hace la señal de la Trinidad:  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Y ahora El gira hacia el árbol.  El está de frente al árbol. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.  El ha hecho la señal.  Ahora El extiende ambas manos.  Oh, puedo ver.  Yo puedo ver las Llagas en Sus manos.  Oh, están sanadas, pero se ven muy sensibles.  El - oh, las cortadas en las manos de Jesús parecen estar en carne viva.  El las extiende ahora para que yo las pueda ver.  Pero ahora las baja.  Jesús baja Sus manos - hacia abajo, así, y oh, hay rayos que emanan de los dedos de Jesús ahora.  El levanta Sus manos, así, y los rayos van directamente sobre mi cabeza y hacia abajo, hacia atrás - oh, es como cantidades de luz que bajan atrás, atrás, atrás sobre las personas.  Las luces deben de llegar hasta el fondo atrás.  ¡Oh! ¡Oh!  Oh, ahora Jesús camina hacia acá.  Las luces desaparecen, ellas están simplemente como evaporándose.  Es como humo.  Y Jesús camina hacia allá; El ha flotado hacia el centro del asta de la bandera.  Y El viene hacia delante.  Ahora detrás de El, San Miguel viene hacia adelante detrás de El.  Y San Miguel  ha levantado su mano, y dice:

San Miguel - "Apuraos, prestad atención y escuchad bien las palabras que os serán dadas por vuestro Creador."

Verónica - Ahora Jesús se adelanta, y El no está sonriendo.

Jesús - "Hija Mía, en estos momentos yo pienso que no hay mucho que podría explicarte en tu idioma humano la desesperación que llena Nuestros Corazones en el Cielo.  Los números de almas que caen diariamente al infierno aumenta debido a la falta de disciplina y falta de liderazgo en Mi Casa.  No seguiréis los caminos del hombre, sino que regresaréis al hombre a Mi camino.  Cuando habréis unido mi Casa con el mundo y será uno, sabed que el fin de vuestra era ha llegado.  Recibiréis la prueba de la tribulación; de esta manera Nosotros separaremos las ovejas de las cabras, y los que quedarán establecerán el Reino renovado sobre vuestra tierra.

“Mi Madre ha sido enviada en esta Misión por el Padre para advertiros, luego para prepararos por lo que está por venir si rehusáis dar vuelta de los caminos que os han puesto sobre el camino de las tinieblas.

“Las fuerzas del mal están desenfrenadas ahora dentro de Mi Casa y en los corazones del hombre.  A menos que regreséis ahora, hagáis expiación al Padre por las muchas ofensas en Su contra, vosotros recibiréis la espada.

“Yo no os puedo advertir lo suficiente para que escuchéis los Mensajes de Mi Madre que os ha dado en el pasado.  No toméis Sus palabras a la ligera.  Mi Madre ha venido como una Mediadora por permiso del Padre para interceder por una postergación de misericordia para vosotros; sin embargo, los corazones del Cielo están desgarrados por las incontables espinas causadas por una generación ingrata.  ¿Por cuánto tiempo creéis que Nosotros permitiremos que continúen los asesinatos y las abominaciones?

“Esta advertencia ha sido dada en incontables lugares a través de muchas voces escogidas como mensajeros por el Padre.  Pronto estas voces serán calladas.  Pero el Mensaje habrá llegado a través de vuestro mundo.  Nadie irá a satanás a menos que él haya escogido este camino de su propio libre albedrío.  Cada hombre vendrá ante el Padre para ser juzgado.  Ninguno escapará el velo.

“Llevad vuestros sacramentales, no desechéis las imágenes y estatuas y objetos de naturaleza divina, porque todos los que mantengan éstas en sus casas, serán salvados.  Amén, amén, os digo, a menos que regreséis ahora, vuestro país no escapará un gran Castigo."

Verónica - Oh, ¡oh!  Veo que... ese fuego ahora pasa velozmente a través del cielo otra vez.   Y se ve como una enorme bola de fuego.  Gira - oh, y es tremendamente caliente.   Siento como si estuviera parada debajo de ella.  Oh, ¡es una bola enorme!  ¡Oh!  Oh, es tan... es tan grande.  Siento como si estuviera casi encima de nosotros.  ¡Oh!  ¡Oh!  Oh, ahora se pone oscuro.  Acaba de pasar por el cielo, pero era tan aterrorizante.

Ahora se oscurece, pero Nuestra Señora ahora - el árbol a la derecha está muy iluminado con una luz azul, y Nuestra Señora está de pie justamente arriba del árbol.  Ahora Jesús ha retrocedido al cielo.  Es - es como si El hubiera pasado a través de una cortina, una pared, y no Lo puedo ver ahora.  La luz se pone muy pálida.  Pero  Nuestra Señora esta de pie allá por el árbol, al lado derecho.  Ahora Ella se inclina.

Nuestra Señora - "Continúa, hija Mía, con tus oraciones de expiación.  Muchas son necesitadas, ya que los fuertes tienen que cargar a los débiles.  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.  Amén."

 

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Revised: March 27, 2010