Nuestra Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres     

20 de noviembre, 1974 Víspera de la Presentación de María

 

Verónica - Ahora Nuestra Señora desciende;  Ella está a medio camino, a la mitad entre el asta de la bandera y los árboles.  Nuestra Señora tiene puesto un manto celeste sobre Su túnica.  La túnica es blanco puro, y Nuestra Señora tiene una banda azul alrededor de Su túnica.  ¡Oh!

              Ahora Nuestra Señora está simplemente de pie, muy calladamente.  Suena como si, si no hubiera ruido alguno.  A todo mi alrededor, es como una quietud.  Y el cielo se pone de apariencia muy gris-blanquecino y brumoso.

            Nuestra Señora está de pie con Sus manos extendidas, así, delante de Ella.

Nuestra Señora - "Ves, hija Mía, Mis manos extendidas en súplica. 

            "El Padre, el Padre Eterno, tiene el plan para la redención de la humanidad.  La humanidad será redimida con fuego.  Los pecados que son cometidos son pecados de gran abominación y destrucción para vuestra alma eterna.  Vuestros cuerpos son los templos de vuestras almas.  Estáis profanando el templo de vuestro espíritu.  Los pecados de la carne enviarán a muchos dentro del abismo.

"He ido por todo vuestro mundo un sin número de años del tiempo terrenal,  implorando por vuestro arrepentimiento sincero.  Vienen a Nosotros palabras de los  labios, pero los corazones están vacíos.  El Padre escuchará las palabras de los labios, pero Él verá, hijos Míos, dentro de vuestros corazones.

"Mi Hijo está entristecido por las muchas abominaciones que son cometidas dentro de las Casas a través del mundo."

Verónica - ¡Nuestra Señora quiere decir Iglesias!

Nuestra Señora - "¡Una Casa en la oscuridad llevará una banda de muerte alrededor!  Todo lo que está podrido será sacudido del árbol.  La Advertencia prometida a la  humanidad por el Corazón misericordioso del Padre fue retrasada para reunir más almas para el Padre, pero ahora la arena se termina.  Tiempo, tiempo y medio, y luego el fin del tiempo.

“El conocimiento es poder, pero este poder no puede ni salvar ni destruir.  Ahora la humanidad utiliza su conocimiento científico, sumiéndose más dentro de la oscuridad.  El hombre de ciencia siempre buscando, hijos Míos, pero nunca alcanzado la verdad.  La luz no ha entrado dentro de su corazón.

"En vuestro Libro de Vida, vuestra Biblia, encontraréis las palabras de guía y de verdad.  No desecharéis las palabras de vuestros profetas a un lado, y complaceréis la naturaleza carnal básica de la humanidad.  El hombre no cambiará para complacer al hombre;  el hombre permanecerá por el camino estrecho y complacerá a su Dios.

"Toda clase de abominaciones está destruyendo a los niños de  la tierra, enviándolos rápidamente dentro del abismo.  Vemos cometerse los pecados más grandes, en secreto y públicamente- mujeres asociándose con mujeres, hombres degradando su carne con hombres.  ¡Oh, ay de vosotros, hijos Míos!  ¿Qué será de vosotros?  Tomaréis el Libro de Vida, vuestra Biblia, y ahora la leeréis.  Aprended de él.  La verdad está para que vosotros la encontréis, pero os estáis llevando a la oscuridad.  Seguís un engaño creado por satanás.  Os asiréis, hijos Míos, a vuestra Fe.  No cambiaréis los cimientos básicos de la Casa de Mi Hijo."

Verónica - Veo una gran habitación, una habitación grande;  está llena de gente.  Están hablando.  Es como una confusión masiva de sonido.  Se llevan a cabo muchas discusiones y desacuerdos.  Ahora Nuestra Señora desciende y señala, a medida que Ella me guía a la habitación.  Entro más dentro de la habitación con Nuestra Señora, y Ella señala hacia allá con Su mano.  

Nuestra Señora - "Ves, hija Mía, ¡el inicio de la destrucción dentro de la Casa de Mi Hijo!  Hablar, hablar, hablar hacia la destrucción.  ¡Más oraciones, hijos Míos!  Sacaos con rezos de la oscuridad.  Habladuría ociosa no os llevará a ningún lado.  ¡Rezad, hijos Míos!  Regresad a vuestra vida de disciplina.  Habéis olvidado el valor de la oración.  Satanás no puede quedarse en donde hay oración, ni pueden sus agentes. 

            "Hija Mía, lo gritarás desde los tejados.  Hazlo saber a Nuestro clero, que ellos están siendo mal guiados.  Ellos deben rezar;  ellos deben regresar a su disciplina.  Ellos están mal guiando a Nuestro rebaño.  Nuestras ovejas están errantes.  Oh, ay, ay, ¿qué haréis cuando venga el Castigo sobre vosotros?"  

Verónica - Ahora Nuestra Señora señala fuera de la habitación, y vamos por un largo pasillo.  Es un corredor oscuro.  Y veo hacia allí y hay una habitación;  parece que es muy vieja en cuanto a su estructura.  Y ahora adentro, Nuestra Señora me lleva adentro, y hay un escritorio muy pesado, un bello viejo escritorio ornamental.  ¡Oh!  Y sentado al escritorio está el Santo Padre.  ¡Oh!  Nuestra Señora dice:  

Nuestras Señora - "Ven, hija Mía,  deseo que sepas lo que sucede en la Ciudad Eterna."  

Verónica - Ahora, puedo ver al Santo Padre.  Está muy enfermizo;  se ve como si estuviera sufriendo grandemente.  Él está muy cansado.  Se ve tan cansado.  Y a medida que observo, él enjuga lágrimas de su rostro.  Ahora él une sus manos, y él camina a través de la habitación, y él se hinca delante de una bella estatua de Nuestra Señora.  ¡Oh!  Y él sostiene su rostro.  Él llora.  Ahora Nuestra Señora va hacia él y Ella coloca Su mano, Su mano derecha sobre su cabeza.  No creo que él sepa que Nuestra Señora está a su lado.  Ella ahora coloca, ambas manos sobre su cabeza.  ¡Oh!  Ahora Nuestras Señora se mueve hacia el centro de la habitación.  Yo, yo me siento como si estuviera enraizada al piso.  No puedo moverme hacia el Santo Padre.  Quisiera ir hacia él y tocarlo, consolarlo.  Pero no puedo moverme.  Ahora Nuestra Señora regresa.  

Nuestras Señora - "Ves, hija Mía, la gran prueba de tu Santo Padre.  Él sufre mucho por la desobediencia de aquellos a quien él confía.  Sus amigos, sus verdaderos amigos en Cristo, están contados entre pocos.

"Irás hacia adelante, hija Mía, y continuarás dando a conocer Mi Mensaje a través del mundo.  Aprende una sencilla lección de caridad: no juzgarás a otro.  Debes recordar, hija Mía, el Padre, tu Padre Eterno siempre es el juez final.  A pesar que no aprobamos lo malo, el Padre siempre es el juez final.

"Harás saber al mundo la existencia de los guardianes Celestiales, ¡los ángeles!  Los niños deben tener este conocimiento.  Ellos deben aprender la verdad.  Llamad a vuestros ángeles quienes están siempre presentes con vosotros, enviados a vosotros por el Corazón misericordioso del Padre, para guiaros en vuestro peregrinaje.  Sois, hijos Míos, nada más que peregrinos sobre vuestra tierra por un corto tiempo.  Habéis sido colocados por el Padre como guerreros en contra de satanás.  Sabed, por lo tanto, que no tendréis descanso sobre la tierra, sino tendréis una lucha constante en contra de las fuerzas de las tinieblas.  Nunca ceséis en vuestras oraciones, nunca os quitéis vuestros sacramentales, porque ellos son la armadura más grande que se os ha dado en vuestra batalla para ganar la vida eterna en el Reino de Mi Hijo.

"Te preocuparás, hija Mía, menos por las opiniones de los demás.  Tu naturaleza humana es evidente, porque todo hombre debe quitarse el orgullo propio. 

"Hay momentos, hija Mía, en que debes actuar con madurez.  A pesar que permaneces sencilla de corazón, y sigues como te enseñó la pequeña Teresita, también debes tomar decisiones.  Alábanos.  Y luego reza por la luz, y luego toma tu decisión, hija Mía.

"Sí, hija Mía, estaré con todos vosotros hasta, e incluyendo, la llegada de Mi Hijo.  Muchas gracias de curación y de conversión serán dadas a quienes las pidan.  Hay un plan para cada alma colocada sobre la tierra, hija Mía.  Es por eso que el castigo, el castigo para la humanidad será grande.  El hombre ofende al Padre con sus asesinatos de los no-nacidos.  Repito, hija Mía, la triste noticia que todos los que de libre voluntad tienen cualquier participación o medida en la carnicería de una criatura no-nacida y su alma, dada por el Padre, será condenada a los fuegos eternos del infierno, ¡el príncipe de las tinieblas reclamando sus almas y uniéndolos a las filas de los condenados para siempre!"  

Verónica - ¡Oh!  ¡Oh!  Veo - oh, veo un gran agujero, parece ser;  parece, parece ser como un cráter.  Y Nuestra Señora va, camina hacia allí. Ella no camina, Ella flota hacia allí.  

Nuestras Señora - "Ven, hija Mía, esto lo debes ver y dárselo al mundo."  

Verónica - Oh, Madre, no.  ¡Oh!

Nuestra Señora - "Mira hacia abajo, hija Mía, ¡dentro del reino de los condenados!"  

Verónica - ¡Oh!  ¡Oh!  

Nuestra Señora - "Describe, hija Mía, la escena.”  

Verónica - ¡Oh!  Hay un gran agujero como cueva;  las paredes están ennegrecidas con carbón y hay llamas -  hay llamas calientes y chamusqueantes que escalan las paredes.  Y del lado derecho,  ¡ahhh!  Hay una cosa horrible, él - no se como permanece sobre la pared, no es tan áspera.  Pero él tiene alas como, oh, como una especie de murciélago, y tiene piernas y los pies son como garras de sapo, y su cabeza es, oh - como un duende y orejas puntiagudas, ojos rasgados, y él sonríe horriblemente.  ¡Oh!  Ahora él trata de alcanzar - Nuestra Señora toma mi mano, estamos flotando hacia abajo - está horriblemente caliente.  ¡Oh!  Flotamos hacia abajo, y estas cosas, ahora hay muchos más de ellos.  Nuestras Señora dice muy quedamente:  

Nuestras Señora - "Ellos son los ángeles caídos, hija Mía."  

Verónica - ¡Oh!  Y vamos más abajo.  ¡Oh!  Y hay miles y cientos de personas ahora.  Pero ellas, sé que son personas, pero no tienen forma;  parecen ser como carbones ardiendo.  Puedo ver la forma de sus cuerpos, pero están desnudas.  ¡Oh!  No puedo - sé que están desnudas.  ¿Nuestra Señora?  ¡Oh!  ¡Oh!  Ellas - ni siquiera tienen peso - ellas flotan, y van de arriba hacia abajo, y ellas gritan.  El ruido, duelen mis oídos.  ¡Oh!  ¡Oh!  Ellas gritan, ¡oh!  Se ven terriblemente asustadas.

Y ahora ellas - algunas están boca abajo y caen dentro del agujero y cuando llegan abajo, algo como una explosión de aire caliente y fuego los dispara de nuevo hacia arriba.  Es como si no tuvieran movimiento ni dirección.  ¡Oh!  ¡Oh!  Ahora Nuestra Señora va hacia arriba, y yo subo;  hay un terrible hedor.  ¡Oh!  Como azufre y (Verónica tose).  ¡Oh!  ¡Oh!  Azufre y como algo podrido  algo, no sé, lo puedo probar.  ¡Oh!  Ahora se pone más claro, ¡ah!  Ahora estamos afuera.  Ahora se pone muy brillante.  Me siento mejor.  ¡Oh!  Ahora Nuestra Señora viene hacia aquí y descendemos, ¡oh!  

Nuestra Señora - "Ves, hija Mía, hay un infierno.  Hay un reino de profunda oscuridad y condenación.  ¡Para siempre, eternidad, sin luz! ¿Es esto, hijos Míos, lo que queréis?  Ahora éste es vuestro destino, porque muchos van por el camino hacia la perdición.  Despertad, Mi clero, aquellos encomendados con la Fe.  Regresad, regresad;  ¡estáis por el camino equivocado!  Restaurad la Casa de Mi Hijo;  remendad las rajaduras.  ¡Tradición, hijos Míos!  No podéis separar la Tradición de la Fe.  ¡No podéis separar la Tradición de la Fe!

"El pecado ha reemplazado la Tradición, hijos Míos.  El pecado se ha vuelto una forma de vida.  Vuestros hijos, ¡qué es lo que leen sino porquería y destructores de almas! Vuestros maestros, ¡qué es lo que enseñan sino herejía!  Quitad la ceguera de vuestros corazones.  ¡La abominación de la desolación se cierra sobre vosotros!  Estáis edificando el mundo de destrucción y de decepción.  Pondréis a la humanidad en cautiverio con satanás.  Vuestro país se convertirá en una tierra perdida.  ¡Muchos países de vuestro mundo se han entregado al pecado, a la corrupción, y se han alejado de su Dios, y han caído!

"Cuando removéis a vuestro Creador, dejáis un vacío, dejas la puerta abierta para la entrada de los espíritus malignos.  Hay un mundo a vuestro alrededor que no veis con vuestros ojos humanos.  Este mundo de satanás tiene un gran poder.  Este mundo de satanás ha reclamado a muchos de vuestros hijos, vuestros hermanos, vuestras hermanas.

"Las guerras son un castigo por el pecado del hombre.  Una gran Guerra removerá a muchos del mundo.  ¡Ay, ay, ay, hijos Míos, a los habitantes de la tierra!

"Leeréis las advertencias y el mensaje en el Libro de la Vida, conocido como los últimos días del Apocalipsis.  Leedlo, estudiadlo bien, y aprended de él.  El curso de la humanidad viaja rápidamente hacia la conclusión del libro del Apocalipsis.

"El guardián de la Fe es San Miguel.  Lo volveréis a entrar dentro de las Casas de Mi Hijo.  Pedimos que todos a quienes se ha dado la luz, llevéis el Mensaje del Cielo.  Llevad esta luz - prended vuestras candelas, hijos Míos, Conmigo, y buscad en la oscuridad a vuestros hermanos y hermanas."  

Verónica - Ahora Nuestra Señora quita de Su bella banda azul -  ¡Oh!  Ella tiene el Rosario blanco más bello.  Y las cuentas son muy grandes, y son de color rosado, y cuando Nuestra Señora gira ellas relumbran.  ¡Oh!  ¡Son tan bellas!  Ellas toman todos los colores del arco iris.  Son tan bellas, ¡oh!  Y el Padre Nuestro es dorado.  Y, ¡oh! ahora Nuestra Señora sostiene el crucifijo, el crucifijo dorado;  Ella lo sostiene, así.   

Y ahora Nuestra Señora hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.  Amén. Ahora Nuestras Señora vuelve a colocar el crucifijo en Su banda, y ahora Nuestras Señora extiende Su mano.  Y en Su mano hay un bello globo redondo de apariencia azul con manchas doradas.  ¡En la parte superior del globo está la cruz más bella!  ¡Oh!  ¡Ahora, oh!  La cruz y la bola son elevadas, y luego - oh, ¡miren eso!  Alrededor de la bola y la cruz se forma un bello niño pequeño.  ¡Oh, miren!  ¡Oh, miren!  Él tiene aproximadamente - oh, año  y medio,  no-o-o, aproximadamente un año.  Sí - un cabello como castaño claro, muy colocho. 

Y ahora Nuestra Señora usa Su mano derecha- Ella ahora lo sostiene - Ella lo ha movido y lo mece en Su brazo izquierdo.  Y ahora Nuestra Señora tiene una pequeña corona dorada, y Ella la coloca sobre la cabeza del pequeño.  ¡Ah!  ¡Ah! ¡Oh! ¡Es tan bello!  Nuestra Señora ahora le sonríe al pequeño bebé.

Nuestra Señora - "Ves, hija Mía, lo he alistado para el Templo.  ¿No pueden Mis hijos del mundo seguir Mi ejemplo y preparar a sus hijos?  ¿En dónde está el amor de su corazón?"

Verónica - Ahora se pone muy brillante alrededor de Nuestra Señora, y ¡oh!  Ahora Nuestra Señora flota hacia el lado izquierdo.  Y ahora la Criatura se ha ido.  Y Nuestra Señora está ahora allí de pie, y Ella señala.  

Nuestra Señora - "Puedes sentarte ahora, hija Mía."  (Pausa).  

Verónica - ¡Oh!  San Miguel está por el asta de la bandera.  San Miguel es tan grande que cubre todo el cielo.  ¡Oh!  ¡Oh!  ¡Miren eso!  ¡Oh! (Aquí Verónica saca la lengua como para recibir la Santa Comunión.  Parece ser que el mismo San Miguel le da la Santa Comunión.  Verónica luego retira su lengua.  Ella parece estar irradiando felicidad.  Parece ser que ha recibido místicamente la Santa Comunión. ¡Oh!  ¡Oh!  Hay tantos maravillosos amigos aquí esta noche.  Hay tantos ángeles.  ¡Oh!  ¡Oh!  (Verónica llora.) ¡Oh!  Huele como a una floristería, huele como a una floristería - como a una floristería de funeral.  Un funeral.  ¡Hey!  ¡Ahora!  ¡Miren, miren allá arriba!  ¡Oh!  ¡Oh! ¡Oh!  

Nuestra Señora - "Algunos Me vieron, y otros no."  

Verónica - Nuestra Señora salió del cielo gris, allí, y ¡oh! No lo podría gritar suficientemente recio, pero allí todos podrían ver a Nuestra Señora. Ahora Ella se ha ido. Veo dentro de una habitación - es una habitación, y veo algo de ropa colocada a un lado, y veo algunas niñas bailando.  Ellas están todas de pie a un lado de la habitación y suben sus pies, y tienen puestas mallas, como leotardos negros. Y ahora Nuestra Señora sostiene Su dedo, así.  

Nuestra Señora - "¡No!  ¡No!  ¡No! ¡No! Estas viendo dentro de la habitación de Nuestras esposas de Cristo.  Ves, hija Mía, lo que satanás ha hecho."  

Verónica - ¡Oh!  Son monjas, pero todas hacen algún tipo de baile moderno. ¡Oh! ahora Nuestra Señora se ha agachado, y recogió una falda. Pero Nuestra Señora sostiene la falda como si le disgustara.   

Nuestra Señora - "Ellas, hija Mía, llaman a esto el hábito."  

Verónica - Ahora Nuestra Señora ha dejado la falda, y Ella ha colocado Sus pies sobre ella, y Ella la ha pisoteado.  

Nuestra Señora - "La víbora se contorsiona dentro de las prendas de vestir, hija Mía."  

Verónica - Nuestra Señora no está contenta con los vestidos usados en los conventos.  

Nuestra Señora - "Debes advertirle a tus hermanas en los conventos, hija Mía, que el Padre está muy disgustado por sus acciones.  Su ejemplo es pobre, y las puertas cerrarán en todos los conventos que se han entregado a los placeres y lujurias del mundo.

"Es mejor, hija Mía, si tenemos pocos con calidad que cantidad con destrucción.  Las puertas cerrarán, y rezad mucho, hijos Míos, porque aquellos que permanecen caen rápidamente a satanás.

"Cerrarás con llave tus puertas.  Comprenderás el significado de Mis palabras, y las cumplirás.  Cuando tengas que tomar una decisión, repito, rezarás una vez, rezarás de nuevo, y luego se te dará la luz de la comprensión.

"Reza una vez, reza de nuevo, y se te dará la luz. 

"Las palabras de verdad irán a través del mundo y luego, hija Mía, vendrá el fin de tu era como la conoces.  Os uniréis con todos a quienes se les ha dado la luz para unirse a las fuerzas del Cielo en la lucha de esta batalla final sobre vuestra tierra, la duración de la cual dependerá, hijos Míos, de la balanza que se inclina muy hacia el lado izquierdo en el momento actual.  El Padre es de lo más paciente, pero la Advertencia se aproxima. 

"Ahora, hija Mía, mira directamente hacia arriba."  

Verónica - ¡Oh! ¡El destello" Alístense - ¡el destello!  

Nuestra Señora - "Todos los trabajadores deben unirse en un frente sólido para lograr el triunfo de Mi Hijo.  No estamos a gusto con el desacuerdo dentro de las filas de Nuestros trabajadores.  De los brazos que te hablé anteriormente, hija Mía, son los trabajadores a través de tu mundo.  No nos gusta ver la separación entre estos grupos - separaciones introducidas por satanás.

"Muchos brazos serán enviados en la batalla que se aproxima.  Preguntas, hija Mía, sobre el establecimiento de otra comunidad.  Se te dirigirá adecuadamente en el futuro.  Ten paciencia, hija Mía.  Se aparecerá delante de tus propios ojos.  Un paso a la vez."  

Verónica - Nuestra Señora se refiere al establecimiento de una Orden.  

Nuestra Señora - "Esta Orden será fundada de acuerdo a la Tradición básica.  Esta Orden reunirá a aquellos de verdadero espíritu.  Esta Orden estará compuesta tanto de hombres como de mujeres, y un convento enclaustrado.  Todos los medios serán enviados por el Padre.  Será un refugio en el momento de la prueba para muchos.  Este refugio estará localizado, hija Mía, en tu país, los Estados Unidos.

"Procederás a enviar el Mensaje, y no disminuyas tu paso por temor.  Te enfrentarás al miedo y desaparecerá."  (Pausa).  

Verónica - Si ven hacia el lado derecho, estoy segura que a través de la gracia del Padre, algunos podrán ver a Nuestra Señora y a Jesús de pie al lado derecho del asta de la bandera.  Ahora Nuestra Señora viene hacia adelante, y Jesús está de pie detrás de Ella.  El ha estado allí esperando la finalización de las oraciones. Ahora Jesús tiene puesta una capa color borgoña.  Es como una capa que está amarrada en Su cuello con un tipo trenzado de cordón - lazo;  es de color de oro.  Y Jesús tiene esta túnica - es de color crema claro, y ¡oh! Sus pies están descalzos.  No lleva Sus sandalias puestas.  Y ahora Jesús desciende.  La luz es tan brillante.  Es cálida, pero es Brillante - ¡es bella!

Ahora Jesús cambia Su capa hacia Su brazo izquierdo, y Él extiende Su mano delante de Él, así, con los tres dedos, haciendo la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Y ahora Jesús ve hacia abajo, y Él sonríe.  ¡Oh!  Él dice:  

Jesús - "No será necesario que habráis vuestros paquetes para sacar vuestros sacramentales.  Os aseguro, hijos Míos, su presencia en los terrenos será suficiente."  

Verónica - Ahora Jesús ve hacia allá.  

Jesús - "Se otorgan gracias especiales, algunas que no serán comprendidas por la mente humana.  Sabed que nada es imposible con el Padre."  

Verónica - Ahora Jesús sonríe, y El se refiere a las bendiciones dadas en los terrenos, cómo pueden ser dispensadas con el despliegue de los pétalos de rosas entre los sacramentales. Ahora Jesús dice:  

Jesús - "Hija Mía, eso lo declaraste bien."  

Verónica - Ahora Jesús va con Nuestra Señora hacia el lado izquierdo del asta de la bandera, y El ve hacia abajo.  Ahora Sus túnicas son mecidas por el viento; debe hacer mucho viento allá arriba, también. 

Y ahora Jesús coloca Su mano sobre, así, Su pecho y hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Y ahora Nuestra Señora sonríe, y Ella extiende Sus manos, así.  Nuestra Señora tiene Su Rosario, el muy bello Rosario blanco grande con los Padrenuestros dorados.  Y ahora Nuestra Señora toma el crucifijo.  parece, no puedo ver el cuerpo - es como una cruz dorada sin el cuerpo.  Y Nuestra Señora la extiende y hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.  ¡Oh! 

Ahora Jesús ve hacia los árboles.  Ahora Él desciende, El flota hacia abajo, un poco por encima de los árboles, casi de pie sobre la rama del árbol. 

Y ahora Jesús ve hacia abajo y Él coloca Sus manos así, y hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Ahora El simplemente parece - Jesús puede moverse hacia atrás sin siquiera voltearse.  Y arriba - ahora Él está de pie al lado de Nuestra Señora y La toca Sus labios.  Oh, Él desea que yo escuche.  

Jesús - "Hija Mía, estamos muy complacidos con el progreso de la misión de Mi Madre para llegar a todas las almas en estos días desesperados.  Sabed que el camino para vuestra salvación se os ha dado.  Permaneceréis en este camino, u os encontraréis vagando en la oscuridad.  La verdad en la luz os ha sido dada en vuestros corazones.  Tenéis un cimiento básico para vuestra Fe.  Seguiréis el plan sencillo dado a vosotros por el Padre, los Mandamientos y la disciplina.  Vuestro ejemplo debe ser uno de fortaleza en la verdad.  Sólo de esta manera recuperaréis almas, porque muchas de Nuestras ovejas están descarriadas.  No os pongáis a ganar los tesoros de vuestro mundo, porque entonces perderéis los tesoros del Cielo.

"En vuestro peregrinaje por vuestro mundo, debéis llevar una vida de austeridad, una basada en sacrificio y en disciplina.  Regresad a la oración, dedicaos con verdadera vocación.  No sigáis las modas de vuestro mundo basadas en los temas del modernismo, y colocando al hombre como un ídolo para adorar por medio del humanismo, y eventualmente subyugando vuestra voluntad para seguir el plan de satanás.  ¡Oración, redención a través del sacrificio!  No hay otro curso que lleve al Cielo.  El camino está lleno de espinas.  El camino es angosto, pero la recompensa es grande.  Negaos vuestros placeres mundanos.  Sacrificaos y retiráos a una vida de oración.  No reuniréis a las ovejas socializando.  Debéis regresar a una vida de contemplación y oración interiores.  Hincaos y regresad a un espíritu puro de calidad como de niño."  

Verónica - Ahora Jesús eleva Su mano derecha delante de Él, así, y coloca tres dedos unidos, haciendo la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.  

Jesús - "Continuad ahora con vuestras oraciones de expiación.  El poder de la oración es mucho mayor de lo que pudierais llegar a saber."  

 

Para comunicarse con nosotros, escriba a:
sonia@nuestrasenoradelasrosas.org
 

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Revised: March 27, 2010